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Description
Sujets
Informations
Publié par | TAN Books |
Date de parution | 01 janvier 2011 |
Nombre de lectures | 0 |
EAN13 | 9781505102390 |
Langue | English |
Informations légales : prix de location à la page 0,0074€. Cette information est donnée uniquement à titre indicatif conformément à la législation en vigueur.
Extrait
Las Maravillas de la Santa Misa
Padre Paul O’Sullivan, O.P.
Copyright © 1993, Padre Paul O’Sullivan, O.P.
LAS MARAVILLAS DE LA SANTA MISA
“Porque desde Levante a Poniente es grande mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se sacrifica y se ofrece al Nombre mío una ofrenda pura; pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice el Señor de los ejércitos” .
—Malaquías 1:11
ÍNDICE
CAPÍTULO 1 Las maravillas de la Santa Misa
CAPÍTULO 2 ¿Qué es la Misa?
CAPÍTULO 3 Gozos de los santos en la Misa
CAPÍTULO 4 Los sacerdotes, los hombres más felices
CAPÍTULO 5 Los beneficios de la Misa
CAPÍTULO 6 Los sacerdotes, Ángeles en la tierra
CAPÍTULO 7 Cómo beneficiarse asistiendo a Misa
Capítulo 1
LAS MARAVILLAS DE LA SANTA MISA
Los santos nunca hablan tan elocuentemente como cuando hablan de la Misa. Nunca pueden decir lo suficiente de este tema tan solemne. Por eso San Buenaventura dice que las maravillas de la Misa son tantas como las estrellas del cielo y los granos de arena en las playas del mundo.
Las gracias, bendiciones y favores concedidos a aquellos que asisten a este sacrificio divino van más allá de toda comprensión humana.
La Misa es la maravilla más grande del mundo. No hay nada en la tierra igual a ella, ni nada en el cielo mejor.
La maravilla más grande que le sigue a la Misa es la indiferencia y la ignorancia de los católicos con respecto a la misma. ¿Cómo es que tantos católicos no van a Misa?
El gran Sacrificio del Calvario se ofrece cerca a sus hogares, casi en sus mismas puertas y son demasiado perezosos para asistir a ella.
¡¿El sacrificio del Calvario?! Sí, porque la Misa es verdaderamente muy similar a la muerte de Jesús en la cruz. [Vea la nota en la página 10].
¿Por qué las madres, los catequistas y los profesores no inculcan en las mentes y corazones de aquellos a su cargo las maravillas de la Misa? Los sacerdotes están obligados por el Concilio de Trento a hacerlo.
¿Los protestantes bien pueden preguntar a aquellos católicos que no van a Misa diaria, si realmente creen que Dios nace y muere en el altar como lo hizo en el Calvario? [Vea la nota de la página 10]. Y si lo creen, ¿por qué no asisten a Misa?
San Agustín nos dice que los paganos y los gentiles de su era preguntaban con amarga ironía a los tibios e indiferentes cristianos si creían sinceramente que su Dios todo misericordioso y bondadoso descendía a sus altares. Ustedes cristianos, comentaban, nos acusan de adorar a dioses falsos, pero por lo menos creemos que son dioses y los honramos; mientras que ustedes, ¡desprecian al que llaman el Dios verdadero!
Ningún cristiano inteligente y culto podría faltar a Misa si solamente supiera lo que realmente es.
San Luis y la Misa
El Rey Luis de Francia, que trabajaba quizás más duro que cualquier otro hombre en su reino y que era uno de los mejores y más gloriosos soberanos que gobernó Francia, ¡encontraba tiempo para asistir a dos o tres Misas diarias!
Algunos de sus cortesanos sugirieron que él estaba excediéndose con tantas Misas. El Rey contestó que si él pasara más tiempo persiguiendo los placeres mundanos o entreteniendo a sus amigos con ricos banquetes o frecuentando teatros y lugares de diversión por varias horas cada día, no se quejarían de que dedicaba demasiado tiempo al placer.
“Ustedes olvidan, mis buenos amigos, que oyendo Misa, no sólo aseguro para mí innumerables bendiciones, sino que concedo los beneficios más importantes a mi reino, mucho más de lo que podría hacer de cualquier otra manera”. Esta respuesta de San Luis se puede dirigir a los miles y miles de cristianos apáticos e indiferentes que podrían asistir fácilmente a Misa diaria y no lo hacen.
Al tiempo que hacen un gran sacrificio, recibirían bendiciones y favores por encima de sus más elevadas expectativas. Pero, de hecho, muchos podrían ir a Misa sin hacer ningún sacrificio, o con un costo tan insignificante, que su culpabilidad al descuidar este sacrificio divino, sería ciertamente incomprensible. Nada, excepto la ignorancia, puede explicar la razón por la cual tantos católicos dejan de participar en la Misa cada día.
Al oír la Misa, el día valdría mil días; tan maravillosas serían las gracias y los beneficios que recibirían aquellos que así lo hicieran. Lejos de perder el tiempo, sus negocios prosperarían más y alcanzarían un grado de felicidad que no podrían lograr de otra manera.
Simón de Montfort
El famoso general y héroe, Simón de Monfort, con solamente 800 soldados a caballo y muy pocos soldados de infantería, fue inesperadamente atrapado en Muret por una armada de 40 000 hombres liderados por el Rey de Aragón y de Raymond, el Condado de Tolosa, quien defendió la causa de los herejes albigenses. Él estaba en Misa cuando sus oficiales vinieron a anunciar que el ejército que sitiaba estaba marchando para atacar la ciudad.