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Description
Sujets
Informations
Publié par | Editorial A Contracorriente |
Date de parution | 01 juillet 2022 |
Nombre de lectures | 2 |
EAN13 | 9781469672205 |
Langue | Español |
Informations légales : prix de location à la page 0,0650€. Cette information est donnée uniquement à titre indicatif conformément à la législation en vigueur.
Extrait
Sobre los l mites del campo
Literature and Culture Series
General Editor: Greg Dawes
Series Editor: Ana Forcinito
Sobre los l mites del campo
Ensayos de cr tica literaria latinoamericanista
John Beverley
Raleigh, North Carolina
Copyright 2022 All rights reserved for this edition copyright 2022 Editorial A Contracorriente
Complete Library of Congress Cataloging-in-Publication data is available at https://lccn.loc.gov/2022010464 .
ISBN: 978-1-4696-7219-9 (paperback) ISBN: 978-1-4696-7220-5 (ebook)
This is a publication of the Department of Foreign Languages and Literatures at North Carolina State University. For more information visit http://go.ncsu.edu/editorialacc .
Distributed by the University of North Carolina Press www.uncpress.org
A Ileana y Marc, compa eros de ruta
A Fredric Jameson y Claudio Guill n (en memoria), mis directores de tesis
CONTENIDO
Al lector
Introducci n. La pol tica de la teor a: Un itinerario personal (2005)
La econom a pol tica del Locus Amoenus (1983)
Barroco de estado: G ngora y el gongorismo colonial (1981)
Anatom a del testimonio (1987)
El Tungsteno de Vallejo: Hacia una reivindicaci n de la novela social (1989)
El testimonio en la encrucijada (1993)
Hay vida m s all de la literatura? (1995)
Sobre la supuesta modernidad del Apolog tico de Juan de Espinosa Medrano (1995)
Post-literatura: Sujeto subalterno e impase de las humanidades (sobre dos textos andinos de la rebeli n tupamarista) (1993/1996)
Algunos apuntes sobre la relaci n literatura-revoluci n en el caso nicarag ense (1999)
Calib n despu s del comunismo (2000)
Algunas observaciones sobre el ltimo ensayo de Antonio Cornejo Polar y el futuro del hispanoamericanismo (2002)
El giro neoconservador en la cr tica literaria y cultural latinoamericana (2008)
Sobre el performance de Mujeres creando y el Estado Boliviano (2008)
El ultraizquierdismo: Enfermedad infantil de la academia (2013)
P.D. El izquierdismo desde la pandemia (2021)
Despu s de lo poscolonial: La igualdad y la cr tica literaria en tiempos de globalizaci n (2016)
Vidas Subalternas (2019)
El fracaso de Latinoam rica (2018)
Ap ndice: Declaraci n de fundaci n. Grupo de Estudios Subalternos Latinoamericanos (1982)
AL LECTOR
As , me inclino a distinguir entre lo esencial y lo no esencial en cuanto a las reglas de un juego. El juego, uno quiere decir, tiene no s lo reglas sino tambi n un sentido (Witz) .
Ludwig Wittgenstein, Investigaciones filos ficas I 364 (traducci n m a)
E L ORDEN DE ESTOS ensayos sigue, con la excepci n del primero, que es una especie de panorama de mi carrera intelectual, y as sirve como introducci n, la secuencia en que aparecieron entre 1982 y 2021. El destino del critico literario o cultural es ser condenado por generaciones posteriores a la irrelevancia ( quien habla hoy de Marcuse, por ejemplo?). No me declaro libre de este destino, pero creo que lo que justifica esta colecci n es que da testimonio de una pr ctica sostenida a trav s de casi medio siglo, una pr ctica a la vez definida y posibilitada por el campo de la cr tica literaria. Pr ctica y campo, estos son los dos conceptos claves de mi presentaci n.
Mi inspiraci n inmediata, vivencial para esta colecci n fue el t tulo de un libro de Alberto Moreiras, Against Abstraction: Notes from an Ex-Latinamericanist (Austin: University of Texas Press, 2020), revisi n y traducci n de un texto publicado antes bajo otro t tulo en Espa a. Moreiras y yo hab amos compartido en la d cada de los 90 del siglo pasado el proyecto dialogal de llamado Grupo de Estudios Subalternos Latinoamericanos, de redefinir desde la cr tica literaria y cultural el espacio conceptual del Latinoamericanismo (reproduzco en un ap ndice el manifiesto del Grupo, colectivamente escrito). Ahora, un cuarto de siglo m s all , se declara Ex : es decir, ya no pertenece al campo del Latinoamericanismo (que l mismo define como la reflexi n acad mica, principalmente en la cr tica literaria y cultural, sobre Am rica Latina). El gesto recuerda la manera en que Nietzsche abandona el campo de la filolog a en el siglo XIX. La intenci n inicial de Moreiras, espa ol, y de formaci n m s en filosof a que en literatura, fue meterse al campo del Latinoamericanismo literario, y desde esa posici n deconstruir sus t picos constituyentes -mestizaje, transculturaci n literaria, testimonio, realismo m gico, indigenismo, arielismo, y la idea de un nacionalismo literario en s . Pero, sobre todo en una diferencia con las corrientes poscoloniales o decoloniales que tambi n eran afines a los estudios subalternos, se siente desanimado por la persistencia en el Latinoamericanismo de formas de pol ticas de identidad (por ejemplo, de identidades ind genas): es decir, para recordar el concepto de Derrida (su modelo en esta empresa), de una metaf sica de identidad , filol gicamente construida y valorada por la cr tica literaria. Quiere ver m s all del Latinoamericanismo algo infrapol tico o post hegem nico , una experiencia originaria, radical: una hibridez salvaje en sus palabras. Para eso, siente la necesidad de salir del campo del Latinoamericanismo, que de todas formas llega a pensar que no merece su talento, una vez del todo.
En varios de los ensayos aqu incluidos indico mis diferencias con el proyecto de Moreiras y la deconstrucci n literaria (debo indicar que, a pesar de esas diferencias, la deconstrucci n fue una gran inspiraci n y herramienta para mi). Por ahora s lo quiero enfatizar su gesto de ex , de alguien que abandona su compromiso con un campo acad mico, como un matrimonio desafortunado. Sabemos que el campo es una construcci n arbitraria, sujeta a determinaciones sociales de varia ndole, incluyendo la biograf a personal, la historia de las instituciones, la historia de las diciplinas, y la historia grosso modo. Es a la vez una condici n de posibilidad y una limitaci n. Por lo ltimo, hay siempre la tentaci n de poner en cuesti n esos l mites, o salir de ellos, para recordar el verso de Baudelaire, au fond de l inconnu pour trouver du nouveau . Es una tentaci n que tampoco he resistido, orient ndome hacia la interdisciplinariedad de los estudios culturales y los estudios subalternos. Pero descubro al final de mi carrera que en realidad nunca he salido mucho m s all del campo de la cr tica literaria. Aun cuando desarrollaba una posici n supuestamente anti literaria, era dentro del campo de la cr tica literaria, no fuera de ello (mi libro quiz s m s conocido, de 1992, es Against Literature , Contra la literatura). La posici n anti , la celebraci n del testimonio, de una voz subalterna independiente de la voz del autor , de los estudios culturales, fueron m s bien maneras de aproximarme a ciertos problemas en el campo, m s o menos siguiendo el camino que ngel Rama abri en su libro (decisivo para mi generaci n) La ciudad letrada (1984).
Eso es porque el campo es una condici n de posibilidad, aun para una transgresi n (no hay transgresi n sin l mites). En ese sentido, el gesto del ex de Moreiras me parece m s performativo que transformativo, m s queer que trans si se quiere. Sin la presencia del campo (en este caso, el Latinoamericanismo literario), un discurso cr tico-acad mico no tiene sentido, m s exactamente, no tiene p blico: depende de esa proliferaci n de departamentos, institutos, revistas, grupos de lectura, congresos, debates menores y grandes, ensayos y libros, estudiantes graduados, listas de lectura, becas y subvenciones, aun del resentimiento que es el afecto m s caracter stico de la vida acad mica-todo con el apoyo econ mico privado y p blico como un bien social incontestable. Hasta ahora por lo menos: a mi edad, siento m s que nada la mortalidad de lo que hacemos, como en el caso de la melancol a de lo pastoril. El campo es mortal: quiz s est muriendo. Pero en el ahora de nuestra escritura, pensamiento y ense anza, es decir, en su eje sincr nico, es necesario el campo para que hablemos; tiene como la frase de Wittgenstein (estaba escribiendo sobre las reglas del ajedrez) que me sirve como ep grafe, un sentido o Witz . Witz se podr a traducir como ingenio , como en la idea barroca del Arte de agudeza e ingenio de Baltasar Graci n. El ingenio es tambi n una m quina de producci n.
Pero el desenga o que expresa Moreiras no es con la cr tica literaria en s , sino con la cr tica literaria latinoamericanista en particular. Pienso aqu o r una voz que dice pero t no eres latinoamericano, John . Creo que es la voz de mi antes estudiante y ahora profesora distinguida en Rice University, Beatriz Gonz lez. No estoy seguro si estoy inventando esta memoria, como tantas m s a mi edad. Pero de hecho la voz tiene raz n. Soy un anglo blanco norteamericano, de formaci n protestante y de clase media alta, es decir, un WASP. Mi Latinoamericanismo es accidental, el resultado de haber nacido en Caracas (en 1943) y pasado mi ni ez en varios pa ses de Am rica Latina donde mi padre trabajaba en la industria petrolera. En las primeras dos d cadas de mi carrera era m s bien un Peninsularista, con especialidad en el Siglo de Oro. Mi tesis doctoral fue sobre las Soledades de G ngora (parte de esa tesis forma la introducci n a mi edici n de las Soledades para la serie Cl sicos C tedra, sin duda mi obra m s conocida tanto en Espa a como en Am rica Latina). Se trata entonces en estos ensayos de un esfuerzo de solidaridad afectiva con Am rica Latina, o, para recordar el concepto de la revoluci n francesa, de fraternidad. Creo que eso es lo que buscaba tambi n Moreiras, pero se sinti ninguneado.
Pero evidentemente hay una inflexi n importante aqu que va mas all de una declaraci n de solidaridad. Tiene que ver con la llamada posici n de enunaciaci n del escritor. Hubo sobre todo en los 90 del siglo pasado una marcada reacci n de escritores y cr ticos latinoamericanos contra la creciente dominaci n de discursos sobre el latinoamericanismo hechos desde la academia norteamericana en particular, alimentados por