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Description

De Miguel Ángel a Picasso, pasando por Rubens y Degas, el arte erótico ha atraído la atención de muchos grandes maestros, cuyas obras son capaces de cautivar al observador de forma especial. A pesar de esta atracción, o quizá precisamente debido a ella, el arte erótico nunca ha dejado de suscitar polémica y se ha tenido que defender en muchas ocasiones de comparaciones con la pornografía. Este libro, que engloba una gran variedad de estilos y técnicas, guía a los lectores desde las primeras representaciones de escenas eróticas, que se remontan a los siglos XVI y XVII, hasta obras contemporáneas consagradas como los dibujos de los cuadernos de Picasso.

Sujets

Informations

Publié par
Date de parution 07 janvier 2014
Nombre de lectures 2
EAN13 9781783102013
Langue Español
Poids de l'ouvrage 3 Mo

Informations légales : prix de location à la page 0,0000€. Cette information est donnée uniquement à titre indicatif conformément à la législation en vigueur.

Extrait

Traducción al español: Jaime Valencia Villa

Diseño:
Baseline Co. Ltd.
61A-63A Vo Van Tan Street
4º piso
Distrito 3, Ciudad Ho Chi Minh
Vietnam

© Parkstone International, New York, USA
© Confidential Concepts, worldwide, USA

© Masson Estate / Artists Rights Society, Nueva York, EE.UU./ ADAGP
© Munch Estate / Artists Rights Society, Nueva York, EE.UU. / BONO
© Bellmer Estate / Artists Rights Society, Nueva York, EE.UU. / ADAGP
© Dubuffet Estate / Artists Rights Society, Nueva York, EE.UU. / ADAGP
© Picasso Estate / Artists Rights Society, Nueva York, EE.UU.
© Berthomme de Saint-André Estate / Artists Rights Society, Nueva York, EE.UU. / ADAGP
© Freud Estate
© Hockney Estate
© Kirchner Estate
© Schlichter Estate
© Vertés Estate
© Label-Riche Estate

ISBN: 978-1-78310-201-3

Ninguna fracción de esta publicación puede ser reproducida o adaptada sin permiso del propietario de los derechos de autor, a lo largo del mundo. A menos que se especifique de manera contraria, los derechos de reproducción sobre los trabajos reproducidos permanecen con los respectivos fotógrafos.
“El erotismo tiene su propia justificación moral porque dice que el placer es suficiente para mí; es una declaración de la soberanía individual”.

— Mario Vargas Llosa
Índice


Contenido
Los artistas
Miguel Ángel (1475-1564)
Rembrandt van Rijn (1606-1669)
François Boucher (1703-1770)
Johann Heinrich Füssli (1741-1825)
Jean Auguste Dominique Ingres (1780-1867)
Théodore Géricault (1791-1824)
Felicien Rops (1833-1898)
Edgar Degas (1834-1917)
Auguste Rodin (1840-1917)
Paul Gauguin (1848-1903)
Gustav Klimt (1862-1918)
Edvard Munch (1863-1944)
Aubrey Beardsley (1872-1898)
Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938)
Pablo Picasso (1881-1973)
Jules Pascin (1885-1930)
Egon Schiele (1890-1918)
André Masson (1896-1987)
Jean Dubuffet (1901-1985)
Hans Bellmer (1902-1975)
Lucien Freud (1922-)
David Hockney (1937)
Lista de ilustraciones
El reposo de la voluptuosidad
Francois Boucher, 1748
Contenido


Beardsley (1 8 72-1898)
Beardsley (1872-1898)
Beardsley (1872-1898)
Beardsley (1872-1898)
Beardsley (1872-1898)
Beardsley (1872-1898)
Beardsley (1872-1898)
Beardsley (1872-1898)
Beardsley (1872-1898)
Beardsley (1872-1898)
Beardsley (1872-1898)
Beardsley (1872 - 1898)
Bellmer (1902-1975)
Bellmer (1902-1975)
Bellmer (1902-1975)
Bellmer (1902-1975)
Bellmer (1902-1975)
Bellmer (1902-1975)
Bellmer (1902-1975)
Bellmer (1902-1975)
Boucher (1703-1770)
Berthomme de Saint-André
Degas (1834-1917)
Degas (1834-1917)
Degas (1834-1917)
Degas (1834-1917)
Degas (1834-1917)
Degas (1834-1917)
Degas (1834- 1 91 7 )
Dubuffet (1901-1985)
Dubuffet (1901-1985)
Freud (1922)
Füssli (1741-1825)
Gauguin (1848-1903)
Géricault (1791-1824)
Hockney (1937)
Ingres (1780-1867)
Ingres (1780-1867)
Ingres (1780-1867)
Ingres (1780-1867)
Ingres (1780-1867)
Ingres (1780-1867)
Ingres (1780-1867)
Ingres (1780-1867)
Ingres (1780-1867)
Ingres (1780-1867)
Kirchner (1880-1938)
Klimt (1862-1918)
Klimt (1862-1918)
Klimt (1862-1918)
Klimt (1862-1918)
Klimt (1862-1918)
Klimt (1862-1918)
Klimt (1862-1918)
Klimt (1862-1918)
Laszlo
Lobel-Riche
Masson (1896-1987)
Masson (1896-1987)
Masson (1896-1987)
Masson (1896-1987)
Masson (1896-1987)
Masson (1896-1987)
Masson (1896-1987)
Masson (1896-1987)
Masson (1896-1987)
Michelangelo (1475-1564)
Munch (1863-1944)
Pascin (1885-1930)
Pascin (1885-1930)
Pascin (1885-1930)
Pascin (1885-1930)
Pascin (1885-1930)
Pascin (1885-1930)
Pascin (1885-1930)

Picasso (1881-1973)
Picasso (1881-1973)
Picasso (1881-1973)
Picasso (1881-1973)
Picasso (1881-1973)
Picasso (1881-1973)
Picasso (1881-1973)
Picasso (1881-1973)
Picasso (1881-1973)
Rembrandt (1606-1669)
Rembrandt (1606-1669)
Rembrandt (1606-1669)
Rodin (1840-1917)
Rodin (1840-1917)
Rodin (1840-1917)
Rodin (1840-1917)
Rodin (1840-1917)
Rodin (1840-1917)
Rodin (1840-1917)
Rodin (1840-1917)
Rodin (1840-1917)
Rodin (1840-1917)
Rops (1833-1898)
Rops (1833-1898)
Rops (1833-1898)
Rops (1833-1898)
Rops (1833-1898)
Schiele (1890-1918)
Schiele (1890-1918)
Schiele (1890-1918)
Schiele (1890-1918)
Schiele (1890-1918)
Schiele (1890-1918)
Schiele (1890-1918)
Schiele (1890-1918)
Schiele (1890-1918)
Schiele (1890-1918)
Schiele (1890-1918)
Schiele (1890-1918)
Schiele (1890-1918)
Schlichter (1890-1955)
Schlichter (1890-1955)
Von Bayros
Vertès
El término “arte erótico” está rodeado por un halo de conceptos mojigatos, engañosos y disimulados. Arte o pornografía, sexualidad o erotismo, obscenidad u originalidad: todas estas tentativas de diferenciación y determinación están tan entremezcladas que parece casi imposible llegar a una definición objetiva. ¿Desde qué punto puede hablarse de “arte erótico”?

Scherzo
Miguel Ángel, c. 1512
Colección Doria-Pamphili, Roma

A todo coleccionista de arte erótico le han sido propuestas en algún momento obras estimadas insuficientes desde cualquier punto de vista, mientras esperaba algo mejor. Por tanto, el vendedor afirmaría haber encontrado un objeto importante dentro del género. Pero parece que el ojo quedara algunas veces estupefacto al contacto con este tema emancipado.

José y la esposa de Putifar
Rembrandt van Rijn, 1634
grabado, 9 x 11.5 cm

Para quedar convencido, se necesita creer simplemente que un hombre, a menudo muy cultivado, considera importante una obra de escaso valor artístico. De otro lado, ocurre con frecuencia que una obra maestra pasa por fútil a causa de su tema.

El monje en el trigal
Rembrandt van Rijn, 1645
Instituto de Arte de Chicago, Chicago

Es cierto que la sola representación del acto sexual no califica como arte erótico, por lo mismo que un objeto escabroso o pornográfico no pierde su carácter de arte a raíz de un contenido considerado indecente o inmoral. Identificar el arte erótico sólo por su contenido lo reduciría a una sola dimensión, así como es imposible distinguir las representaciones artísticas de las pornográficas sólo con la descripción de sus contenidos inmorales.

La cama a la francesa
Rembrandt van Rijn, c. 1646
grabado, 12.9 x 22.6 cm
Biblioteca Pierpont Morgan, Nueva York

Es igualmente erróneo pensar que las obras eróticas son creadas sólo para excitar la sexualidad y no pueden, por tanto, llegar a ser arte. La pornografía es también un producto de la imaginación, mientras su estructura difiera de la realidad sexual. Gunter Schmidt afirma que la pornografía “se construye como la fantasía y las ilusiones sexuales, como lo irreal, lo megalómano, lo mágico, lo ilógico y lo estereotipado”.

El descanso de la voluptuosidad
François Boucher, 1748

De cualquier manera, aquellos que proponen la alternativa “arte o pornografía” pueden haber casi optado contra la pornografía, conducidos por su actitud moralista.

En consecuencia, lo que es arte para una persona puede ser una obra diabólica para otra. La mezcla de asuntos estéticos con asuntos ético-moralistas condena cualquier proceso esclarecedor justo desde el principio.

Marte abraza a Venus
Jean Auguste Dominique Ingres, 1800-1806

En su significado griego original, pornografía significa “escritura de la prostitución”, esto es, texto de contenido sexual. Tal definición permitiría entonces acercar el contenido del arte erótico con el de la pornografía. Esta reevaluación llevaría a una rehabilitación del término.

Pareja desnuda
Jean Auguste Dominique Ingres, 1800-1806

El límite de la distinción entre arte y pornografía depende de las actitudes contem poráneas como lo ilustra, por ejemplo, la pintura de El Juicio Final de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. Durante el Renacimiento, la desnudez no fue considerada obscena. El mecenas de la obra, el papa Clemente VII, no encontró nada inmoral en su ejecución. Sin embargo, su sucesor, el papa Pablo IV, ordenó a otro artista cubrir las partes obscenas de El Juicio Final .

Mujer acariciada por Cupido
Jean Auguste Dominique Ingres, 1800-1806

No todas las épocas son igualmente propicias para la creación del erotismo. No obstante, el arte erótico no es sólo una reflexión de libertad sexual conseguida. Puede ser también un subproducto de la supresión y la represión con que el erotismo ha sido cargado. Todavía es concebible que la mayoría de las obras eróticas más apasionadas fueron creadas no a pesar de sino más bien a raíz de las presiones culturales sobre la sexualidad.
Pareja desnuda y abrazada sobre una cama
Jean Auguste Dominique Ingres, 1800-1806

El erotismo tendría que ser así comprendido como un fenómeno social y culturalmente formado. En este caso se trata de la criatura de las prohibiciones morales, legales y mágicas, surgidas para prevenir que la sexualidad lesione la estructura social. El instinto reprimido se expresa por sí mismo, pero también estimula la fantasía sin exponer la sociedad a los peligros destructivos de la sexualidad directa.

Pareja desnuda haciendo el amor
Jean Auguste Dominique Ingres, 1800-1806

El erotismo es un exitoso acto de equilibrio entre la sociedad organizada racionalmente y la demanda de una sexualidad destructora y licenciosa.

Sin embargo, aun en sus versiones domesticadas, el erotismo permanece como una potencia demoníaca en la conciencia humana en razón a que repite el peligroso canto de las sirenas, cuyo intento por acercarse resulta fatal.

Hombre abrazando a una mujer desde atrás
Jean Auguste Dominique Ingres, 1800-1806

Devoción y rendición, regresión y agresión: he allí las potencias que todavía nos tientan. Esta convergencia del deseo y el anhelo por la muerte siempre ha jugado un importante papel en la literatura. En la medida en que el erotismo consiste en distancia y rodeos, el fetichista constituye la imagen perfecta del erotómano.

Pareja desnuda haciendo el amor

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